¿Has oído hablar alguna vez de los fantasmas que invaden los mares y océanos? Hoy queremos hablaros de las redes fantasma, artes de pesca abandonadas que quedan en el olvido y que siguen capturando cualquier tipo de vida marina que se cruce en sus caminos.
El peligro que suponen las redes fantasma para el mar
Cualquier tipo de residuo que termina en los mares y océanos suponen un peligro para la fauna marina, ya sean residuos tóxicos o plásticos. Pero no hay peor pesadilla para los habitantes del mar que las redes fantasma, diseñadas específicamente para capturar a la fauna marina y que ahora nadan a sus anchas.
Como los fantasmas de las películas, estas redes tuvieron alguna vez una vida, un periodo útil en el que atrapaban peces para los pescadores, pero su existencia actual viene a ser una sombra siniestra de aquel pasado. La “pesca fantasma” ocurre cuando estos equipos de pesca abandonados siguen capturando y quitando vidas marinas. Han dejado de capturar para el consumo humano, pero continúan asfixiando fauna marina por décadas tras el fin de su vida útil.
Los peces no son los únicos capturados por las artes de pesca perdidas o desechadas. Tortugas, delfines, ballenas y todo tipo de animales que se mueven por la superficie pueden quedar atrapados dentro de redes fantasma, exponiéndose así a depredadores que generalmente también quedan atrapados al atacar esa presa fácil.
Las redes fantasma son arrastradas por corrientes oceánicas, llegando a todos los rincones de agua salada. Extendiéndose por todo el océano en mareas y corrientes, estas artes de pesca perdidas y desechadas ahora están a la deriva a las costas del Ártico, llegando a las remotas islas del Pacífico, enredados en los arrecifes de coral y destruyendo el fondo marino más profundo.
¿Qué efectos tienen las redes fantasma para el ser humano?
Las redes de pesca modernas están fabricadas de nylon u otros materiales derivados del petróleo. Esto hace que las redes fantasma se sumen a la crisis que sufren los océanos por la contaminación de plásticos. Con el paso del tiempo y los distintos factores de erosión, hacen que las redes se degraden hasta convertirse en microplásticos que se abren paso en la cadena alimentaria y que, tarde o temprano, terminan en nuestros alimentos.
¿Cómo luchar contra las redes fantasma?
Su limpieza es costosa y compleja, no obstante colectivos de buceadores u organizaciones como “Ghost Diving” se encargan de localizar redes abandonadas en el fondo del mar para retirarlas y que puedan formar parte de la economía circular, aprovechandolas para fabricar cualquier tipo de objetos que te puedas imaginar.
Pero ya sabéis lo que dicen, más vale prevenir que curar. Es por eso que también se hace foco en medidas para prevenir que artefactos de pesca terminen abandonados en los mares. La FAO (Organización de Alimentación y Agricultura de la Organización de las Naciones Unidas) respecto a esta amenaza marítima, con el fin de motivar la prevención, propone: marcar las redes de manera que sean trazables hasta su propietario, mejorar los avisos sobre extravíos de material, o ofrecer incentivos económicos para su recuperación y posterior reciclaje.
Sabías que...
Según un estudio de Great Pacific Garbage Patch, hallaron un área de acumulación de plástico dentro del Pacífico Norte subtropical contenía 42.000 toneladas de megaplásticos (más de 50 centímetros), de los cuales el 86% eran redes de pesca abandonadas. Se estima que constituyen el 10% del residuo plástico de nuestros océanos, pero representa una gran mayor proporción del plástico flotante de la superficie.